Esta crisis trajo mucho miedo y cuando el camino es incierto, las personas recurren a los líderes para obtener claridad y una esperanza sólida para un futuro mejor. Los colaboradores quieren a alguien con una visión positiva, que tenga confianza para abordar los problemas que todos enfrentamos pero que sea lo suficientemente valiente como para enfrentar verdades incómodas y admitir lo que no saben.
Los líderes deben actuar con calma y optimismo y aquellos que pueden demostrar estas cualidades ayudan a sus organizaciones a tener un sentido de propósito, dándoles la esperanza de que puedan enfrentar los desafíos que les esperan y solventarlos, pero eso es difícil de hacer en una crisis, ya que los humanos estamos biológicamente conectados para tener una respuesta al estrés (pelear, huir o congelarse) cuando se enfrentan a entornos volátiles, eventos impredecibles y estrés constante.
La conciencia integradora
Una manera de mantenerse calmados y optimistas al estar bajo presión es practicar la “conciencia integradora” que consiste en ser conscientes de la realidad cambiante en el mundo exterior y cómo se está respondiendo emocional y físicamente, esta práctica permite a los líderes pasar de ver los desafíos como obstáculos para verlos como problemas a resolver, e incluso aprender de ellos. El desarrollo de una conciencia integradora ayuda a los líderes a reconocer estas respuestas al estrés como oportunidades para detenerse y reflexionar antes de actuar, dándoles las herramientas para liderar con calma y optimismo limitado. Cuando hacen eso, las reacciones biológicas instintivas comenzarán a funcionar para ellos y no contra ellos. Esta práctica no solo conducirá a una mayor efectividad, sino que también es esencial para administrar la salud y la energía personal durante un período de tiempo largo, conduciendo a una mayor efectividad.
En una crisis, la gente quiere que los líderes arreglen las cosas rápidamente. Sin embargo, en una situación compleja como la pandemia de coronavirus, las respuestas familiares podrían no funcionar e incluso podrían ser contraproducentes. Al principio, los líderes pueden perder credibilidad al mostrar una confianza excesiva o al proporcionar respuestas simples a problemas difíciles a pesar de las condiciones obviamente difíciles. Es esencial proyectar la confianza de que la organización encontrará su camino a través de la crisis, pero también mostrará que reconoce su gravedad.
Dar significado a las cosas
Los líderes con optimismo mesurado dan “significado a las cosas”, esto ayuda a todos a recordar que los tiempos difíciles y las largas horas de trabajo tienen un propósito. Piensa en todos esos trabajadores de la salud que se centran en sus pacientes, incluso en gran riesgo para ellos mismos. El significado genera confianza, eficacia y resistencia, pero también puede servir como un bálsamo si el resultado no es lo que se esperaba, porque el esfuerzo en sí mismo era honorable. Los empleados quieren escuchar la visión de un líder sobre cómo responder a la crisis, y también quieren conectarse a nivel personal. Los “ayuntamientos” con video ofrecen una oportunidad perfecta para que los líderes transmitan lo que piensan a la organización en general y descubran qué es lo que mantiene a todos despiertos por la noche. El optimismo que surge de los valores auténticos y la confianza en las capacidades de las personas puede ser la fuente de energía para que todos en la organización avancen. Por el contrario, el optimismo sin sentido o base puede conducir a la decepción y a la derrota.
Si bien todo esto parece sencillo y de sentido común, con demasiada frecuencia los líderes no los siguen, por este motivo, es necesario fortalecer el liderazgo, pues a medida que el coronavirus surgió como una amenaza, vimos que muchos líderes se pusieron en marcha, trabajando todo el día para responder de manera efectiva y fue solo después de que pasó un tiempo que la mayoría comenzó a construir una estructura más para ponerlas en práctica en sus vidas.